Ensalada de tomate con bacalao

Pelamos las cebolletas, las partimos en dos longitudinalmente y las cortamos a lo largo en tiras bien finas. Las sumergimos en un bol con agua y hielo durante 5 minutos para que el frío las retuerza. De esta forma ganan vistosidad y quedan más tiesas y crujientes.

A continuación pelamos los tomates con ayuda de un cuchillo bien afilado. Los partimos en dos y luego en medias rodajas bien gruesas.

Debemos asegurarnos de que el lomo de bacalao no tenga espinas centrales y después, con ayuda de un cuchillo de filetear bien afilado, cortamos escalopes de bacalao muy finos, deslizando suavemente el cuchillo sobre el pescado.

Intentamos que al llegar al final los escalopes queden separados de la piel. Los extendemos sobre una bandeja, los condimentamos con la pimienta y los rociamos con el zumo y la ralladura de la lima, la salsa de soja y 2 cucharadas de aceite de oliva. Dejamos macerando el pescado en la nevera al menos 20 minutos.

Aliñamos el tomate y las cebolletas una vez escurridas del agua con una pizca de sal, muy poca, y las 2 cucharadas restantes de aceite de oliva virgen extra.

Sacamos el pescado de la nevera, le damos unas vueltas para que se empape bien en el aliño y lo colocamos cuidadosamente en una fuente, intentando que quede con volumen. Entre las lascas de pescado intercalamos las rodajas de tomate y sobre el tomate y el bacalao repartimos las tiras de cebolleta aliñadas. Para terminar, rallamos sobre el conjunto una pizca más de lima.

Esta receta no lleva más que una pequeña pizca de sal. Esto es debido a que empleamos en ella bacalao desalado, que siempre tiene un deje salado, y a la utilización de la salsa de soja. A partir de la receta original, podemos variar los ingredientes a nuestro gusto, los cítricos son muchos y variados, así como los condimentos con los que hacer el aliño.